La Silla




Este es de mis trabajos favoritos. Lo presenté el último semestre de la carrera, no me hicieron comentario o corrección alguna y me pusieron un 4. Lo que más me atrae es el recuerdo de haber estado un dia entero envolviendo una silla roja en huincha aisladora roja, concentradísima para lograr la mayor prolijidad posible.
La mímesis como recurso. Hasta hoy busco que la obra pase desapercibida desde lo visual (incluso en Franjas y a pesar de sus dimensiones), que la percepción se amplie más allá de los ojos, con lo táctil, con lo sorpresivo, con lo absurdo si es necesario. La silla la dejé en el mismo lugar donde la encontré, una más dentro de la masa frente al kiosco del patio grande de Campus Oriente, por si algún despistado se sorprendía con la mágica ingenuidad de la intervención.

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