En un pasillo / escalera de la escuela de música (puc) sobre el muro de hormigón un video que mostraba unas manos tocando piano. La imágen era poco nítida y el audio menos aún. Los sonidos se fueron saturando cada vez más hasta volverse insoportables. En medio de las clases y ensayos los músicos se vieron interrumpidos, desconcentrados y casi pasados a llevar. La molestia llegó a su límite. El placer culpable de recibir quejas cada cinco minutos no causa mucha satisfacción. Desde lo visual hubo mucho más para rescatar. Esta imágen confusa contrapuesta a la nitidez de las sombras de quienes bajaban (tímidos) las escaleras y lo azaroso de de este hecho le dieron algo de interés. El resto de la obra fue pura pesadez.
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