Escuela de Música



En un pasillo / escalera de la escuela de música (puc) sobre el muro de hormigón un video que mostraba unas manos tocando piano. La imágen era poco nítida y el audio menos aún. Los sonidos se fueron saturando cada vez más hasta volverse insoportables. En medio de las clases y ensayos los músicos se vieron interrumpidos, desconcentrados y casi pasados a llevar. La molestia llegó a su límite. El placer culpable de recibir quejas cada cinco minutos no causa mucha satisfacción. Desde lo visual hubo mucho más para rescatar. Esta imágen confusa contrapuesta a la nitidez de las sombras de quienes bajaban (tímidos) las escaleras y lo azaroso de de este hecho le dieron algo de interés. El resto de la obra fue pura pesadez.

Dossier



El espacio grande es difícil de abarcar. El espacio chico hay que achicarlo más: seccionar, dividir, cuantificar, encerrar, rellenar.

Es un espacio invisible hasta que contiene algo palpable que lo abarca. Es aire delimitado por elementos que siempre miro y nunca veo. Son los espacios por donde más transitamos aquellos que menos vemos.

Por eso, provocar una intensificación de la atención y de la capacidad conciente de la experiencia, una irritación y provocación de las costumbres convencionales de la experiencia perceptiva, convierte una vida cotidiana monótona, dirigida por las expectativas calculadas, en algo inesperado que lleva a la ampliación de la percepción.El artista se hace ver por medio de la contradicción. Lo que el uno construye, el otro lo destruye; lo que la historia dice, la actualidad lo contradice; lo que debe verse se tapa, lo que está escondido se desmantela. Hay que seguir a la masa de los que no siguen a las masas, y aún a ellos hay que contradecirlos. Romper con la continuidad del lugar es una estrategia. Interrumpir el acto cotidiano, en un lugar cotidiano, en un contexto cotidiano... es parte de la contradicción.

Modificar los espacios que la arquitectura construye, que el artista ve y que el transeúnte usa, para hacer que sea el transeúnte quien vea y el artista quien use

(al transeúnte, al espacio, al contexto)

"Escuela Blanca y Radiante"

Exposición "Un poco + arriba"
Campus Lo Contador





"(ESCUELA BLANCA Y RADIANTE)"

Nuevo, limpio, virgen: UNA UTOPÍA/ (un color viejo, gastado, olvidado).

La "Gran obra de arte": SE MIRA PERO NO SE TOCA / (un espacio siempre transitable).

La escuela bajo la obra / (la escuela ARRIBA)

La Silla




Este es de mis trabajos favoritos. Lo presenté el último semestre de la carrera, no me hicieron comentario o corrección alguna y me pusieron un 4. Lo que más me atrae es el recuerdo de haber estado un dia entero envolviendo una silla roja en huincha aisladora roja, concentradísima para lograr la mayor prolijidad posible.
La mímesis como recurso. Hasta hoy busco que la obra pase desapercibida desde lo visual (incluso en Franjas y a pesar de sus dimensiones), que la percepción se amplie más allá de los ojos, con lo táctil, con lo sorpresivo, con lo absurdo si es necesario. La silla la dejé en el mismo lugar donde la encontré, una más dentro de la masa frente al kiosco del patio grande de Campus Oriente, por si algún despistado se sorprendía con la mágica ingenuidad de la intervención.

"Franjas" (patio de arquitectura)














































"Franjas" es el resultado del último semestre de trabajo en la escuela. Una intervención en el patio de arquitectura de Lo Contador que causó halagos y rechazos. "Una molestia agradable" me dijo Dino Bruzzone (remontándose a su pasado como estudiante de arquitectura) en una charla que probablemente no recuerda y que para mi fue clave.
Muchas veces en los lugares intervenidos, el individuo se siente como espectador sin que la naturaleza del espectáculo le importe verdaderamente. Esto, debido al enfrentamiento con esta nueva experiencia que lo desvía de su rutina. Entonces, de acá en adelante, el individuo-espectador pasará a llamarse transeúnte, porque quien se relaciona con el espacio intervenido no es alguien que se detiene a analizarlo ni se enfrenta a él de manera expectante, sino que simplemente es alguien que sortea un obstáculo en su trayecto, y que verá la intervención como un anécdota más que una obra. En el momento en que el transeúnte se convierte en espectador, la intervención pasa a ser su centro de atención y deja de verse como un obstáculo. Acá deja de interesarme el asunto (ya lo dije, quiero molestar), y noto entonces que ha llegado el momento del desmontaje.


Para los aburridos, fragmentos de mi memoria:

"Interrumpir el acto cotidiano implica una detención, un rompimiento de la rutina y del acto reflejo: dirigir, limitar o suspender el libre proceder del transeúnte. El provocar puntos de detención del flujo en un lugar específico permite hacer consciente la existencia de dicho lugar, ya que intervenir un espacio implica significarlo, pues, deviene revestido de un gesto. Esto provoca una reacción que se sucede con la necesidad de buscar una rápida solución a esta experiencia extrañada."

¿Para qué lograr esta interacción? La intención es demostrar a través de la percepción, de manera palpable, que la obra no es una obra de arte por sí sola, sino que lo es en la medida en que se relacione con su entorno. No es, entonces, una intervención aislada del contexto. Por el contrario, depende de él, por lo que es fundamental, al momento de concebirse la obra, una elección certera del lugar y una intervención precisa en cuanto a escala, disposición en el espacio, etc. Así, el espectador se ve obligado a dirigir su reflexión a realidades extra artísticas -puntualmente al lugar intervenido-, y la obra niega el placer acostumbrado de una estructura satisfecha en sí misma. La intervención empieza a insinuar un carácter instrumental que sirve para activar los sentidos del transeúnte y, por mi parte, para reflexionar acerca de las nociones de espacio, lugar y contexto."

"Un paisaje está estructurado por itinerarios, límites, nudos, puntos de referencia y sectores. Los itinerarios están formados por los ejes de desplazamiento de las personas. Al modificar el entorno del acceso se dificulta el itinerario, y es esta alteración es la que hace más visible el paisaje cotidiano, ya que los elementos constantes de ese paisaje siguen existiendo a pesar del objeto agregado. Sólo cambia la experiencia perceptiva que se tiene del espacio al transitarlo. Ambos, los elementos constantes del paisaje y este nuevo punto de referencia, determina la experiencia de percepción del individuo en el espacio que se obtiene fruto de la intervención. De esta manera, los elementos escultóricos sirven como signos para leer el paisaje."

Intervenciones


Intervención I

Intervención II



Acá creo que fue cuando empezó la cosa. Bastaba ya de esculturitas realizadas a escala, con figurines inmóviles que no reclamaban por estar donde estaban (bastaba digo ahora que extraño como nunca toda la cuática parafernalia del escultor-soldador, los largos dias de taller y los zapatos llenos de perforaciones y quemaduras). El trabajo se había reducido a investigar problemas de configuración, espacio, equilibrio, movimiento y todos los conceptos básicos del manual del escultor.

Hasta el momento lo único que estaba cambiando era la escala y los materiales que se habían diversificado, pero en el discurso no se asumía lo que hoy es un recurso clave en mi obra: molestar al espectador.

En la Intervención I hice un semicírculo con estructura de hierro y forrado en género blanco, un murito de 1mt de alto dispuesto en medio del patio de arte en Lo Contador (cuando la Escuela de Arte todavía no se trasladaba a Oriente). La diagonal más transitada se obstaculizaba con la obrita, pero no negaba el paso (fui generosa al permitir que los osados la pasaran por encima cual valla de atletismo).
La Intervención II fue un poco menos amable. Franjas de género enyesado (con estructura de madera) imitaban los pilares que afirmaban la entrada al casino. Las puse unas delante de otras y en diferentes ubicaciones obligando a los hambrientos a ser cuidadosos en su zigzagueante ingreso.